

Trump juega al golf y centenares protestan contra su visita a Escocia
Cientos de personas manifestaron el sábado en Edimburgo y Aberdeen en Escocia para protestar contra la visita del presidente estadounidense Donald Trump, quien jugó al golf bajo alta vigilancia policiaca.
Por la mañana, el magnate republicano, su hijo Eric y el embajador estadounidense en Reino Unido, Warren Stephens, salieron a jugar al golf en uno de los complejos que su familia tiene en el pueblo de Turnberry y posaron ante las cámaras.
Esta pintoresca localidad del suroeste de Escocia perdió su calma habitual y se transformó en una fortaleza, con calles cerradas y controles policiales, tras la llegada del mandatario la noche del viernes.
Ya sea a caballo, a pie, con perros o en cuatriciclo, la policía local patrulla este famoso campo de golf, así como las playas de arena y dunas que lo rodean.
Trump aterrizó el viernes en el vecino aeropuerto de Prestwick, donde cientos de curiosos se acercaron a ver la llegada del avión presidencial y su comitiva.
Aunque en una visita previa el mandatario republicano manifestó su amor por Escocia, tierra natal de su madre, su política y las inversiones locales de la empresa familiar generan controversia.
Al hablar con la prensa en la pista de aterrizaje, Trump lanzó el debate sobre los altos niveles de la migración irregular. "Es mejor que se organicen o no van a tener más Europa", opinó, al afirmar que esto está "matando" al continente.
Cientos de manifestantes protestaron este sábado frente al consulado estadounidense en Edimburgo, la capital, y en la localidad de Aberdeen (este), donde la familia Trump tiene otro campo de golf.
Convocados por la Coalición Para Frenar a Trump, los asistentes llevaron pancartas con mensajes como "Escocia odia a Trump" y ondearon banderas palestinas en medio de un fuerte despliegue policial.
- Una visita polémica -
La visita del mandatario, de 79 años, divide a la población local.
En Aberdeen, un hombre llevaba una pancarta donde se ve el rostro del presidente estadounidense rojo con cuernos de diablo, según imágenes filmadas por la AFP.
"No solo no es bienvenido aquí, sino que todo lo que representa su política tampoco es bienvenido", declaró Maggie Chapman, diputada escocesa del partido de los Verdes, presente en Aberdeen.
Trump "es sexista, misógino (...) y todo lo que le interesa es su enriquecimiento personal", señaló.
Acusó a su campo de golf local, donde una segunda parte será próximamente inaugurada, de causar la destrucción de un sitio natural.
"Estoy aquí a causa del genocidio en Gaza, financiado y permitido por los gobiernos británico y estadounidense. No puedo dejar de ver eso", dijo Amy Hanlon, de 44 años, quien trabaja en marketing en línea.
"Mucha gente no confía en Trump y yo soy uno de ellos. Pienso que el hombre es un megalómano", dijo el jubilado Graham Hodgson a AFP.
"Se ama tanto a sí mismo. Creo que está causando mucho daño en todo el mundo con sus aranceles. Y creo que todo es por el bien de Estados Unidos, pero en este momento también creo que Estados Unidos está pagando el precio por sus políticas", remató.
En el aeropuerto también hubo admiradores de Trump entre los presentes, como un niño que sostenía un cartel de bienvenida o un hombre que ondeaba una bandera con su famosa consigna MAGA (Hagamos América Grande otra vez).
"Creo que lo mejor de Trump es que en realidad no es un político, pero es el hombre más poderoso del mundo y creo que está buscando lo mejor para su país", dijo a AFP Lee McLean, de 46 años, quien viajó desde la cercana Kilmarnock.
- Reunión con jefa de la UE -
La agenda oficial del presidente estadounidense para el domingo contempla una reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien espera alcanzar un acuerdo sobre los aranceles.
También tiene previsto un encuentro con el primer ministro británico, Keir Starmer, antes de partir hacia Balmedie, en la costa este escocesa, donde se inaugura un nuevo campo de golf en uno de sus complejos hoteleros.
Además de jugar al golf, Trump dijo el sábado que habló con los dirigentes de Camboya y Tailandia en un intento de poner fin al conflicto fronterizo que ha dejado al menos 33 muertos.
Su regreso a Estados Unidos está programado para el martes.
N.Brandt--BVZ