Berliner Volks-Zeitung - Bajo tierra, temprano o muy tarde: así huyen los turistas del calor en Roma

Berlin -

EN LAS NOTICIAS

Bajo tierra, temprano o muy tarde: así huyen los turistas del calor en Roma
Bajo tierra, temprano o muy tarde: así huyen los turistas del calor en Roma / Foto: Filippo MONTEFORTE - AFP

Bajo tierra, temprano o muy tarde: así huyen los turistas del calor en Roma

Son las 9H30 y el termómetro ya marca más de 30 grados frente a las Catacumbas de San Calixto. Olivia Ansari, de vacaciones familiares en Italia, es una de esas turistas que adaptan su itinerario al calor y salen a descubrir Roma temprano, muy tarde... o bajo tierra.

Tamaño del texto:

La abogada de 32 años, que viaja junto a su madre y su tía, lo dice claramente: "Si hubiéramos podido posponer nuestro viaje, lo habríamos hecho, pero ya lo teníamos todo reservado".

Así que ellas resuelven. "Hemos reservado nuestra primera visita a las 7H30. Y volvemos a casa antes del mediodía, para salir de nuevo hacia las 16H00 o 17H00", explica a la AFP, acurrucada en un banco de piedra a la sombra junto a su tía, que parece abrumada por el calor en plena ola de calor.

Estas neozelandesas, que suelen cenar temprano, van al restaurante hacia las 21H00 durante su estancia en Roma, añade Ansari, antes de adentrarse en el vasto cementerio subterráneo dedicado a San Calixto, donde la temperatura es de unos 15 grados durante todo el año.

Unas 300.000 personas exploran en verano las numerosas criptas, cuevas y catacumbas que abundan en Italia.

A pocos kilómetros de allí, en pleno centro de Roma, Rafael Falcao acaba de salir de una visita a la cripta de los Capuchinos, en la famosa Via Veneto.

El brasileño de 42 años también ha modificado su programa: "Ayer alquilamos un auto pequeño para visitar la ciudad porque hacía demasiado calor para caminar".

De viaje con su esposa, intenta organizar algunas visitas por la noche, a veces sin éxito.

"Para ir al Coliseo por la noche, se necesita un boleto especial (...). No hemos logrado conseguirlo", lamenta.

A mediodía, en pleno calor, la temperatura en el anfiteatro más famoso de Roma se vuelve infernal. Para escapar de ella, Patricia Kolodziej, una polaca de 41 años que vive en Reino Unido, ha optado por la última franja horaria del día, al atardecer.

Ha venido a Roma unos días con su familia, entre la que se encuentra su nieta de menos de dos años, y admite que, dado el calor, "no se puede hacer todo con ella".

"Sin duda, elegimos más visitas por la tarde. Y hemos pasado gran parte del día en un parque infantil a la sombra", sostiene.

- "Era tranquilo" -

A pocos pasos, una turista asiática que prefiere no dar su nombre parece estar a punto de desmayarse, con la frente sudorosa: "Hemos venido a propósito tarde, pero no sirve de nada". Afuera todavía hace casi 40 grados.

Las escasas visitas nocturnas al Coliseo, solo dos días a la semana, haya ola de calor o no, se han vuelto muy populares.

Estas "Notte al Colosseo" se comercializan como opciones de lujo con acceso ampliado a la arena y los subterráneos. Son caras (casi 60 dólares por persona) y las entradas se agotan rápidamente.

Muchos otros lugares de Roma, como el Circo Máximo, o en otras partes del país, como el parque arqueológico de Herculano, cerca de Nápoles, están multiplicando las actividades nocturnas.

La plataforma de reservas Booking.com predijo en un artículo de octubre que el "turismo nocturno" sería una de las tendencias de los viajes este año, sobre todo debido al calentamiento global y al exceso de visitantes.

Madison Thibert, una estadounidense procedente de Dakota del Norte, es una de las pocas personas que han conseguido una entrada para la "Noche en el Coliseo". Junto a su novio, espera a su guía para comenzar el paseo a las 20H00 y ver la luz de la luna sobre las piedras milenarias.

"Nos levantamos muy temprano, visitamos el Vaticano y luego volvimos para echar una siesta. Y acabamos de salir", dice riendo la joven, que trabaja en un bar, al igual que su novio.

"Nos acostamos a las tres de la madrugada", justifica entre risas, mientras cuenta una noche mágica paseando por la Ciudad Eterna.

"Vimos la Fontana di Trevi" sin la cola de turistas que esperan bajo el sol abrasador para hacerse una foto, recuerda. "Fuimos en patineta. Era tranquilo, casi no había nadie. Y hacía mucho menos calor".

O.Pohl--BVZ