

Revivir los fondos marinos tras la explotación minera es ciencia ficción, por ahora
Las futuras normas internacionales sobre la explotación minera de los fondos marinos podrían incluir objetivos para su restauración, aunque los científicos consideran que restaurar los ecosistemas destruidos no es más que ciencia ficción por el momento.
Los fondos marinos, una de las últimas zonas salvajes del planeta, son codiciados por algunos sectores industriales y gobiernos deseosos de explotar recursos ricos en minerales estratégicos, en especial para la transición ecológica.
El primer objetivo son los nódulos polimetálicos, una especie de piedra del tamaño de una papa, abundantes en la zona de Clarion-Clipperton (CCZ) en el Pacífico.
Aunque la industria asegura poder minimizar el impacto de su extracción, los defensores de los océanos han advertido durante años de los peligros para los ecosistemas.
Las conclusiones del proyecto científico DEEP REST, presentadas esta semana en la capital jamaiquina de Kingston, al margen de la reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), son inequívocas.
"Si extraemos nódulos del fondo marino, no sabemos lo que perdemos, sólo que se pierde para siempre", estima el consorcio de 15 centros de investigación europeos.
"La restauración no puede aplicarse todavía como acción de gestión de los hábitats afectados".
"De momento, todas las operaciones de restauración que hemos intentado en el marco de nuestro proyecto DEEP REST han sido a corto plazo. Y lo que hemos observado es que en el tiempo disponible, es decir en unos pocos años, los ecosistemas no se recuperan", explicó a la AFP su coordinadora, Jozée Sarrazin, del instituto francés Ifremer.
"Si la restauración es posible, llevará mucho tiempo, y por el momento no disponemos de datos para poder decir si serán 100 años o 1.000 años", prosiguió.
Pese a la presión, el frío, la oscuridad total y la falta de alimento, las profundidades marinas distan de estar desiertas. Actualmente, se desconoce el número de especies que viven allí, que se estima en varios millones.
- Nódulos artificiales -
Los campos de nódulos del Pacífico albergan una gran variedad de fauna, como esponjas, corales blandos y anémonas de mar que "sólo existen en estas zonas porque necesitan el sustrato duro del nódulo para fijarse", explicó Matthias Haeckel, investigador del Instituto Geomar alemán, al presentar esta semana en Kingston los resultados del proyecto MiningImpact.
Succionar los nódulos, al esparcir sedimentos que luego cubrirán una zona a su alrededor, reduce la densidad de población, la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas, de acuerdo con los resultados de MiningImpact.
"Para hacer la historia corta, al final, estamos hablando de tiempos de recuperación de miles de años", advirtió el investigador alemán.
Por no hablar de los propios nódulos, que tardaron millones de años en formarse por la precipitación de minerales alrededor de fragmentos como un diente de pez o una concha.
Algunos experimentos de restauración se realizaron o se están poniendo en práctica, como los "nódulos artificiales hechos de arcilla del fondo marino" colocados en "diferentes lugares" a unos 4.500 metros de profundidad, contó a la AFP Sabine Gollner, bióloga del Real Instituto Neerlandés de Investigación Marina.
"Hace unos años iniciamos un experimento de restauración. Pero si tienes en cuenta la lentitud del crecimiento en las profundidades marinas y la lentitud de los procesos, tomará bastantes años saber si la restauración es eficaz y en qué medida", añadió.
En cuanto a los cúmulos de sulfuros, otro tipo de depósito mineral que se encuentra en los respiraderos que escupen agua de mar calentada por el magma en zonas de cadenas montañosas oceánicas, su restauración parece aún más hipotética.
Estos géiseres submarinos están repletos de una biodiversidad asombrosa y única.
"Si extraemos sulfuros masivos cerca de respiraderos activos, sabemos lo que perdemos, y debemos evitar la pérdida", insistió el consorcio DEEP REST.
A pesar de todo, Gollner considera "bueno" que la cuestión de la restauración se plantee en el futuro código minero que negocian los Estados miembros de la ISA, que debe establecer las futuras normas de extracción. Aunque con límites. Por ejemplo, apuntó, "un contratista no debería poder utilizar ese argumento para explotar una zona mayor".
L.Riedel--BVZ