Material a base de hongos se impone al plástico en los empaques de una empresa emergente belga
En una reluciente línea de producción nueva en Bruselas, Julien Jacquet muestra una fila de envoltorios de jabón de color blanco lechoso, fabricados en la que se considera como la primera fábrica europea de empaques a base de hongos.
La empresa emergente de Jacquet, Permafungi, promociona su "micomaterial" totalmente biodegradable como una alternativa sostenible al poliestireno y otros plásticos contaminantes.
"Estos están diseñados para hoteles", explicó a los asistentes durante una reciente visita guiada por las instalaciones.
La rentabilidad sigue siendo un objetivo lejano: hasta ahora, Permafungi opera en un nicho de mercado, fabricando envases personalizados para fabricantes de jabón de alta gama.
Pero esta empresa de 12 personas se ha labrado una reputación en el ámbito de la economía verde en Bruselas reciclando los residuos molidos de las cafeterías locales para cultivar hongos comestibles durante la última década.
Ahora, busca dar un paso más y abrir una nueva fábrica para entrar en el competitivo sector del embalaje.
Jacquet es muy crítico con los envases convencionales, que a menudo se fabrican con materiales derivados del petróleo y se transportan desde lugares remotos del planeta.
Su visión es "acercar al usuario al envase", al utilizar como punto de partida setas procedentes del bosque de Sonian, en la periferia sur de la capital belga.
El proceso comienza con la recuperación por parte de Permafungi de materiales de desecho, como el aserrín, que son descartados por las industrias tradicionales.
Estos se colocan en moldes, donde el micelio, la estructura similar a las raíces de los hongos, entra en acción.
Al alimentarse de los desechos, el micelio crece hasta alcanzar la forma deseada. El resultado -una masa esponjosa con textura de tofu- se seca, se desmolda y se distribuye.
- El reto de la expansión -
"Se acabaron los productos petroquímicos para calentar y prensar", afirma Jacquet. "Aquí solo observamos cómo crecen los hongos, con la ayuda del agua de lluvia reciclada y máquinas que aceleran la producción".
Los paneles solares cubren el techo y un cobertizo de madera para bicicletas se suma al atractivo ecológico del proyecto, que se ajusta a la próxima legislación de la Unión Europea (UE) que exige que todos los envases sean reciclables para 2030.
Permafungi ha recibido dos millones de euros (unos 2,3 millones de dólares) de financiación de la UE, además de apoyo regional.
También ha conseguido un millón de euros del fondo de capital privado suizo Apres-Demain, dirigido por el multimillonario farmacéutico Thierry Mauvernay.
"El fondo quiere apoyar a empresas con impacto social que utilicen los recursos locales de forma respetuosa con el medioambiente", afirma Sebastien Beth, uno de sus directores.
Sin embargo, Beth reconoció que Permafungi "necesita ser rentable en un plazo de dos a cinco años" si quiere seguir adelante.
En la actualidad, la empresa se encuentra en expansión, con nuevas colaboraciones anunciadas con dos bodegas, una marca de relojes y un fabricante de velas. Jacquet tiene como objetivo alcanzar los tres millones de euros de facturación en un plazo de tres años.
En toda Europa y Estados Unidos, desde mediados de la década de los años 2000 han surgido proyectos medioambientales que utilizan hongos.
"Se han hecho muchas promesas" en torno a las alternativas a los materiales derivados del petróleo, afirma Luc Vernet, de Farm Europe, un grupo de expertos centrado en la agricultura y la alimentación. "El reto es ampliar la escala y gestionar los costos".
El principal obstáculo, afirma, sigue siendo "la competencia de los productos derivados de combustibles fósiles, especialmente cuando los precios del petróleo son bajos".
Se espera que la UE dé a conocer una estrategia de bioeconomía a finales de este mes, que incluirá el apoyo a los biomateriales.
Hay mucho en juego, ya que los residuos de envases son una fuente creciente de contaminación.
Según datos de la UE, cada ciudadano europeo generó casi 190 kilogramos de residuos de envases en 2021, una cifra que se prevé que aumente a 209 kg en 2030 si no se toman medidas adicionales.
Jacquet también ve su proyecto como una forma de reindustrializar una zona urbana, ya que muchas partes de Europa están sufriendo las consecuencias de décadas de cierres de fábricas.
La nueva sede de Permafungi se encuentra a solo unos cientos de metros de una antigua planta de automóviles de Audi, que cerró en febrero dejando sin trabajo a unos 3.000 trabajadores de Bruselas.
W.Sommer--BVZ